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lunes, 25 de noviembre de 2013

Capítulo 1 (Parte 1)



En la fiesta de aquella noche apenas se distinguían los cuerpos que bailaban sobre el escenario.
Las chicas más atrevidas bailaban en la pista al ritmo más estridente de la música del momento y los tíos las miraban, observaban hasta decantarse por una y se dirigían a ligársela.
Las jóvenes más apartadas cuchicheaban sobre los dos chicos que acababan de entrar en todo ese jaleo de cuerpos y música.
El cabecilla miró a los lados con sus ojos verdes, que brillaban entre aquella poca luz.


Él miró buscando a alguien. Y al final se acercó a la joven que estaba sola en la barra. Una presa fácil.
- Hola- Dijo con una voz seductora que solo él sabía poner-. ¿Te vienes a bailar conmigo?
Siempre usaba la misma táctica con las chicas solitarias como aquella. Ellas no buscaban alguien a quien follarse aquella noche. En su corazón añoraban poder encontrar a su príncipe azul que nunca aparecería por su vida.

La chica sonrió y asintió con una sonrisa llena de brackets. No se la podría considerar fea. Tenía una hermosa melena castaña y unos ojos oscuros.
En cuanto salieron, gracias a la casualidad del destino el Dj puso una canción algo más lenta y las pocas parejas que había y que se habían formado minutos antes salieron a bailarla.
La joven empezó a acercase más a él mientras no dejaba de mirarle los ojos.
-No me has dicho cómo te llamas- Dijo ella en un intento por entablar conversación.
-Me llamo Reus- Contestó él acentuando la r.
- Un chico con nombre catalán en la capital de España. Me gusta tu nombre tanto como tus ojos. Son preciosos.
Reus asintió con una sonrisa falsa.  Ya sabía que tenía unos ojos bonitos, era lo primero que le solían decir todas.
La música fue  bajando poco a poco y él la apartó de la zona de baile, llevándosela a una pared casi oculta de la vista de todos. La colocó contra el duro cemento y acercó su boca a la de la chica, que ansiaba probar esos carnosos labios.
La besó suavemente y ella se apretó contra él, cosa que Reus entendió lo que quería decir, así que abrió más la boca y sus lenguas se unieron. Era un frenesí. Se besaban con ansia hasta que apareció el típico imbécil de turno, que les separó al grito de:
-Oye Reus, tu amigo está petado de LSD hasta el trasero y se lo está montando con una puerta en los baños. A ver cuando te lo montas con esta tía, que está más buena que el pan.
Reus al oír aquello se separó de la chica y corrió hacia esos asquerosos cuartos de baño.
La joven se alejó de aquella zona, sintiéndose engañada por otro chico así. Aunque quería parecer enfadada en su mirada refulgía aquel brillo que le hacía Reus a todas las chicas.


Jorge no era una persona normal. Lugar que iba, lugar donde encontraba drogas de cualquier tipo.
Siempre acababa en alguna situación comprometida, como aquella vez cuando se despertó con un travestido en la cama.
Reus llegó algo tarde a los baños, allí ya estaba la gente amontonada riéndose de el chico que intentaba tirarse a la única puerta que quedaba en pie. Este al ver a su amigo le saludó y le señaló a su “chica”. Reus le agarró del brazo y le obligó a vestirse otra vez. Le empezó a gritar cual padre e hizo que se despejasen todos los mirones. La cosa es que entre los mirones había un guarda.
Acabaron los dos en la calle, donde hacía un frío invernal pese a estar ya en marzo.
Ambos se subieron la cremallera y se dirigieron al coche de Reus.
Apenas contaba con 17 años pero sus padres le consideraban lo suficientemente responsable para conducir. Sólo conducía algunos días en los que no le apetecía ir en un coche compartido, y siempre bajo la mirada de sus padres, los dos abogados más populares de toda la capital.
Subieron al viejo coche azul y empezaron a dirigirse a casa.
Jorge y Reus vivían desde que tenían memoria en la misma urbanización, una de las más lujosas. Los padres de Jorge eran hábiles empresarios y siempre solían estar fuera, así que el chico había crecido bajo el cuidado de una mujer ya mayor llamada Maria Jesús de los Remedios.
Desde pequeños lo habían compartido todo, desde las chorradas más tontas hasta los amores más profundos.

Mientras Reus conducía por la carretera secundaria iba revisando el móvil, el cual contenía más de veinte mensajes de Sofía.
Ella era ese tipo de chica barbie que pocas veces se ve en la vida. Melena rubia, ojos azules, cara bonita, buena delantera y un buen trasero.
A Reus no le costó convencerla de que saliese con él, con una mirada suya seducía a todas. Para él, más que una novia era un rollo que utilizaba si no tenía a nadie más con quien pasar la noche.
Reus tenía unos ojos verdes muy seductores, aunque su melena totalmente negra cortada a lo emo también ayudaba con las chicas. Tenía una cara de tez muy blanca manchada de pecas infantiles además de unas pestañas largas, una nariz considerada perfecta por muchas y horrenda por otras. Y su boca… Sus labios eran rosados y una sonrisa perfectamente alineada y blanca. Lo único que le podía fallar un poco era su cuerpo, sin nada de musculatura, ya que prefería pasarse una tarde leyendo antes que ir al gimnasio, lo que le hacía muy culto y uno de los listos de la clase.
En resumen, Reus era un chico completo, al contrario que Jorge.

Este era un chico moreno, de pelo castaño oscuro y bastante corto. Adicto al LSD desde los 14 años y muy poco estudioso.
Su plan de futuro se basaba en seducir a una millonaria vieja y casarse con ella, darla amor y sexo hasta que muriese y poder heredarlo todo.
-Joer tío, ¿tú también ves mariposas rosas con la cabeza de nuestra tutora?
Reus hizo una mueca de asco mientras miraba el último mensaje de Sofía: “T gusta + mis uñas d color rosa o d color morado”
Él no aguantaba las faltas de ortografía y menos si venían acompañadas de una frase tan estúpida. Sus dedos teclearon rápidamente unas frases y enseguida la contestación estaba de vuelta.
“Me da igual tus uñas, te prefiero a ti. ¿Mañana me paso por tu casa a buscarte?”
Seguidamente levantó la cabeza y empezó a despotricar sobre Jorge, que miraba sorprendido por la ventanilla.
-Joder Jorge, te dije que no volvieses a tomar esa mierda. O al menos no en tan grandes cantidades. Acabarás más lerdo de lo que eres- Le soltó antes de darle una cachetada cariñosa-. Aaag. Sofía ya empieza con sus gilipolleces. Que si se ve gorda, si es fea… No se da cuenta de lo perfecta que es.

Reus no vio las señales que alertaban de la curva. Tampoco la vio a esta. Y para cuando vio el árbol ya fue demasiado tarde.
-Mierda -Dijo antes de que todo se le volviese negro.


domingo, 24 de noviembre de 2013

Sinopsis

Todos los médicos se han hecho una pregunta: ¿Qué ve, siente y oye un paciente cuando está en coma?
 

Reus de 17 años e hijo de los abogados más populares de Madrid no sabe lo que le espera cuando, tras un accidente en una noche de fiesta despierta en un Madrid paralelo.
Allí aprenderá a verlo todo desde otro punto de vista completamente distinto al que él conoce de la mano de otra chica comatosa llamada Alice. Juntos superarán el miedo a lo desconocido y aprenderán lecciones sobre la vida, el amor y la amistad.
Pero... ¿Qué pasará cuando realidad y fantasía se junten?

Reus tendrá que elegir entre despertar y vivir una mentira o no hacerlo y vivir un sueño.