-Bueno Reus, ¿Y mis cosas?
Todavía flipando, Reus se agachó y recogido las zapatillas, dejándoselas encima
del lavabo.
-Vale, y ahora fuera del cuarto, a
menos que me quieras ver enterita- Alice se empezó a reír locamente.
Ya en el salón Reus empezó a pensar en
todo. Hacía relativamente poco que no veía a una chica así, pero había algo
distinto en el cuerpo de Alice y en ella misma. Era tan… hermosa.
-Reuss, veenga, que nos tenemos que ir, que necesitas más ropa de la que llevas puesta, además está un poquillo
sucia- La voz de Alice le despertó de sus pensamientos. Se había vestido y
secado el pelo, que ahora le caía algo ondulado.
-Valep, ya voy-Dijo estirándose
mientras se levantaba-. ¿Pero tienes dinero? Porque yo estoy sin blanca.
-Reus, esto es distinto al mundo real,
aquí dan ayudas a los menores de 18 o a estudiantes, ya que solemos estar solos
aquí, sin padres ni madres que nos cuiden. Tú vas al ayuntamiento, te
empadronas y te dan la Tarjeta, con el dinero necesario para alquilar un hogar
y comprar lo necesario- Alice se lo iba explicando todo-. Hay chicos que
estudian aquí para que, si despiertan, puedan acabar sus estudios. Tú si
quieres puedes hacerlo. Mikel y yo, como
dudamos que vayamos a despertar pronto,
ahorramos lo necesario para en cualquier momento irnos a visitar algo de
mundo fuera de esta ciudad.
-Ajá entonces lo primero, vamos al
ayuntamiento, ¿no?
-Sí, ah, y espero que no te haya
traumatizado lo de antes, parecías preocupado.
-Nada. Estate tranquila.
Bajaron las escaleras en callados y se
dirigieron al ayuntamiento.
Todo estaba muy concurrido, como si
nadie trabajase o quisiese trabajar. Las tiendas abiertas refulgían calor
aquella tarde de marzo, y la noche hacía que todo estuviese muy iluminado.
-Reus, entra aquí y cógete un abrigo
anda, que me das frío con sólo esa sudadera- Alice se paró en seco frente a una
tienda-. Y ya de paso cógete toda la ropa que necesitas, aquí tienes todo el
dinero que tengo. Te espero en el ayuntamiento en una hora, que he quedado con
una amiga. Adieu.
Tras comprar todo lo necesario Reus se
dirigió al ayuntamiento lleno de bolsas. No se había gastado todo el dinero,
pero casi.
Al llegar allí la plaza estaba casi
llena, y el joven, al no ver a Alice, se metió en una cafetería de la plaza, a
tomar algo caliente pues, todavía no le había quitado la etiqueta al plumas que
acababa de comprar.
Mientras tomaba un caliente chocolate
con churros escuchó a unas chicas susurrar por él.
-Susi, venga. Lánzate. Que el chico es
muy guapo. ¿Le has visto sus ojos?
-Pero Gema… Es que no se… Parece tan
perfecto…
-Susi, o vas tú o voy yo y me lo ligo,
que ya sabes cómo soy con los chicos.
Reus se levantó de un salto y se acercó
a las chicas.
-Hoola chicas- Echó una ojeada a las
dos chicas. Gema era una pelirroja algo rellenita pero con pinta decidida,
mientras que la chica llamada Susi era una morenaza con labios muy sensuales.
Reus se decantó por ella-. ¿Qué tal estáis? Soy Reus.
-Ves Susi, te lo dije- dijo la pelirroja.
-Ay Gema déjame.
-Mira guapetón, mi amiga Susi se ha
colado por ti- Le soltó Gema de golpe mientras se levantaba-. Así que te dejo a
solas con ella y eso. Chaíto.
La chica se fue casi corriendo,
dejando a su amiga toda cortada.
Reus se quedó sin habla, así que miró
a la chica con una sonrisa y le cogió de la mano.
-Salgamos a hablar anda.
No era la primera vez que le pasaba
algo así, así que el joven ya sabía cómo reaccionar en esos casos.
Ya fuera miró a los lados para ver si
veía a Alice por allí, pero no estaba.
-Bueno…- La chica parecía sentirse
algo incómoda.
Reus le tocó la mejilla con una mano.
Estaba algo fría. Miró a los lados una última vez, para ver si veía a Alice. No
sabía por qué la buscaba, simplemente quería verla.
De repente la vio acercándose a la
plaza. No iba sola, iba con unos chicos.
La chica de pelo rosa que le
acompañaba iba dando saltitos junto a un chico alto de pelo algo punki y con
gafas.
Lo que más le extrañó a Reus es que de
la mano de Alice iba un chico de pelo rubio y ondulado y ojos azules.
Parecían muy felices juntos.
En un momento, la chica del pelo rosa
agarró al de gafas y se adelantaron a mirar una tienda, dejando a su amiga sola
con el chico.
Ahí él se giró y se empezó a besar con
Alice mientras Reus observaba esa escena.
-Oye, ¿te pasa algo Reus?- Susi miraba
extrañada al chico.
Reus la miró y la besó, casi con
fuerza, en los labios. Ella le siguió el beso.
Parecían una pareja de enamorados más.
Como Alice y el chico rubio, que seguían besándose a escasos pasos de ellos.
Pero Reus sabía que algo en su
interior había cambiado para siempre.