Marta iba conduciendo de vuelta a
casa. El caso en el que estaba se había alargado y se había tenido que quedar
bastante más tarde.
Ella era una mujer moderna, para nada
aparentaba los 48 años que había cumplido semanas atrás. Solía ser muy
ordenada, en su coche nada se salía de su lugar, menos un montón de papeles
desordenados que, junto a su móvil habían sido puestos en el asiento de
copiloto. Probablemente esa noche se quedaría hasta tarde arreglando el papeleo.
Su pelo era bastante corto y su
minúscula melena caía es una cascada castaña. Su hijo había heredado sus ojos
verdes. Sólo sus ojos. Y, bueno, su motivación por los libros.
Iba escuchando música clásica, ya que
la ayudaba a relajarse después del trabajo. Mientras tarareaba un canon empezó
a sonar su móvil.
Marta lo ignoró, una buena conductora
no coge el móvil mientras conduce.
Pero enseguida este volvió a sonar
otra vez. Y otra más. Al final lo acabó cogiendo y, viendo el número que le
aparecía en la pantalla sospechó que algo ocurría.
-Reus hijo, ¿qué te pasa? Ahora
llegaré a casa, espero verte ya en pijama- Dijo preocupada esperando escuchar
la voz de su hijo diciendo que no pasaba nada.
Pero una voz desconocida empezó a
hablar por el auricular.
-¿Es usted familiar de Reus Fernández?
-Sí, ¿Por qué? ¿Qué pasa?
-Lo sentimos, su hijo acaba de tener
un accidente en la carretera secundaria de Pozuelo1 a 10 kilómetros
de la capital.
Ahí Marta saltó de un bote. En su mente surgieron sensaciones que pensó que
nunca iba a tener. Dio un volantazo en medio de la carretera y aumentó su
velocidad hasta alcanzar la máxima que podía permitirse.
En apenas cinco minutos llegó al lugar
donde todo había ocurrido. Había dos ambulancias y varios coches de policía.
Uno de los agentes le tomaba declaración a un Jorge más distinto de lo normal.
Apenas respondía a las preguntas y si
decía algo eran palabras que no tenían sentido.
-Mariposas. Mariposas volando… Sofía…
Faltas de ortografía… Reus cabreado conmigo… Me gritó… Otra vez Sofía… Curva y
árbol... Negro. Todo negro. Gritos, Reus gritando. Silencio- Empezó a llorar a
lágrima viva y se tapó la cara con los ojos. Una enfermera le colocó una manta
sobre los hombros y se lo llevó a una ambulancia.
Marta miró a los lados y lo que vio no
le gustó nada. El coche estampado contra el árbol apenas era reconocible.
El lado del conductor estaba
completamente destrozado. Parecía un montón de chatarra comparado con el lado
de Jorge, casi intacto.
Unos policías se acercaron a hablar
con ella sobre lo que había pasado.
-El amigo iba drogado, no sabemos si
su hijo también había tomado drogas. Ahora mismo está en un estado de inconsciencia
en la ambulancia número 2. Presenta numerosas heridas provocadas por el
accidente. Dudo que la dejen entrar a verle. Hoy ha sido un día negro, ¿sabe?
Este es el tercer accidente en apenas unas horas. No se qué les pasa a los
jóvenes de hoy en día. Piensan que van a vivir para siempre y luego pasa lo que
pasa. Además, su hijo era menor, ¿sabe usted que hacía conduciendo a estas
horas de la noche?
-Tenía diecisiete años, se iba a sacar
el carné nada más cumplir los dieciocho. A veces le dejábamos coger el coche,
es muy responsable y además nunca ha tenido faltas con nosotros. - No le salían
las palabras de la boca. No conseguía entender lo que pasaba… Bueno, sí que lo
entendía, pero no quería entenderlo- Joder, joder, joder. Entonces mi hijo…
¿Está en coma?
-Dado el estado de gravedad lo vamos a
evacuar inmediatamente al hospital más cercano, lo sentimos mucho. Ahora le
trasladaremos, puede acompañarles- Dijo el agente señalando a la ambulancia,
que ya había encendido el motor -. Yo me voy con el otro chico a comisaría, a
llamar a sus padres y todo eso. Pueden meterse usted y su marido en un lío, por
eso de que era menor. Bueno les deseo suerte con su hijo.
Se despidió educadamente y se fue en el
coche con Jorge, que miraba a la nada en busca de una explicación.
Seguidamente Marta se metió en el suyo
y encendió el motor. Vio la vida de Reus pasar ante sus ojos mientras conducía
al hospital.
Siempre había sacado buenas notas, al
entrar en primaria ya sabía escribir y leer, y también sumar, restar,
multiplicar y dividir.
Su primera novia la tuvo a los 12
años. Era una niña del vecindario, hija del director de una editorial. Reus y
Jorge se pelearon por ella y al final Reus prefirió a Jorge y la acabó dejando.
Su hijo leía mucho y no aguantaba las
faltas en escritos, era una de las cosas que más odiaba. Aunque más odiaba a la
oscuridad.
Un día cuando apenas había hecho 5
años se quedó en casa una tarde. Ese día hubo un apagón y hasta que no volvieron
sus padres Reus no se movió de debajo de su cama. Tenía miedo de que alguien
malo apareciese.
Al final, a los 17 años Reus era un
chico derecho y educado. Seguía odiando la oscuridad, pero ya había superado el
miedo.
Ese año se graduaría del instituto y
entraría en una universidad prestigiosa de Gran Bretaña. Ya tenía su futuro
montado y parecía que nada lo iba a joder.
Pero pasó lo que pasó.
Marta se quedó en el coche, viendo
como sacaban a su hijo en camilla y le metían en el hospital corriendo.
Unos golpes en la ventanilla la
despertaron de sus recuerdos.
-Hola, es usted la madre del paciente
¿verdad? Necesitamos que nos diga su nombre, el grupo sanguíneo y las alergias.
También que rellene este formulario- Era una de las enfermeras que habían ido al
lugar del siniestro.
La sala en la que habían colocado a Marta
era gris, un color muy triste pero que encajaba perfectamente con su estado de
ánimo, a su alrededor vio unas filas de incómodas sillas de plástico negras
pegadas en la pared, una máquina de café y otra expendedora de comidas varias.
En las pareces había colocado el
cartel donde se veía la cara de una mujer mandando guardar silencio y al lado de las máquinas había una ventana
con notables marcas de huellas, seguramente de las personas que anteriormente
habían pasado una larga espera.
Mientras, Reus estaba en el box2
número 4, donde trataban de estabilizarle antes de llevarle al quirófano dos,
para escasearle y parar las distintas hemorragias que pudiese tener. A primera
vista se podía ver que la cara la tenía parcialmente hinchada, y un feo golpe
en el lado izquierdo y tenía cortes por los brazos, así mismo preocupaba la
herida abierta que se había producido por la rotura del fémur derecho. En la
sala, lo único que producía sonido era una máquina de respiración asistida que
le mantenía con vida. Todo lo demás estaba callado.
Marta miraba desde fuera de la
habitación donde iban entrando y saliendo con prisas los médicos y enfermeros. No
dejaba de observarles. A lo mejor todo era una pesadilla.
No, no era una pesadilla. A partir de
ahora tendría que convivir con esa imagen en la mente.
-Cariño… Joder…
Antonio entró en la sala de espera.
Tenía la cara sudorosa y el traje de pana todo arrugado.
Su pelo gris estaba húmedo del sudor y
en sus ojos azules se veía preocupación.
Abrazó a su esposa y la miró buscando
respuestas.
Marta observando a su marido pensó que
Reus y su marido se parecían bastante. Ambos eran, altos, delgados, de ojos claros
y de boca fina, aunque Reus era mucho más atractivo que su padre cuando tenía
su edad.
Un médico salió de la sala donde se
encontraba su hijo y les comunicó la primera valoración del estado de Reus.
-Familiares de Reus Fernández- Marta y
Antonio se miraron a la cara y se acercaron al médico-, Lamento no tener muy
buenas noticias sobre su hijo, después de una primera valoración y después de
valorar todas las pruebas medicas realizadas, en vista de todos estos
resultados, debo comunicarles que el estado en el que se encuentra su hijo es
traumatismo craneoencefálico grave, conocido como un coma, decirles también,
que cuanto más tiempo en coma esté, más graves serán las lesiones al despertar.
Deben tener en cuenta que en función del trastorno cerebral que padece su hijo,
no solo deben estar preparados para lo peor, un riesgo de muerte sino que tenemos que barajar la posibilidad
de que no recupere la consciencia después de este accidente- Ella se echó a
llorar en los brazos de Antonio, que aguantaba las lágrimas y evitaba parecer
abatido-. Ahora pasaremos por el quirófano y le haremos la revisión final.
Sacaron a Reus con la máquina de
respiración y se fueron al quirófano, dejando a los padres destrozados por lo
que acababan de oír.
-Crees… ¿Crees que logrará despertar?
Tenemos muchas cosas que decirle… Tiene que conocer la verdad…
-No se que pasará a partir de ahora
Marta. Sinceramente no lo se.
1, Pozuelo de Alarcón: Municipio
español de la Comunidad de Madrid situado al oeste de la capital.
2, Box: Espacio donde se le dan
los primeros auxilios a un paciente en un hospital.